sábado, 12 de mayo de 2012

De nuevo olas gigantes.
Esta vez en venezuela (donde ayer una señora me dijo q no hay orégano y si hay no es como el de acá, por eso se llevó medio kilo). Una isla en ese país. Yo me iba casi sin pensarlo con 2 amigas. Una vez allá, en el aeropuerto, me acordaba de que tenía q trabajar y tb rendir y no había avisado ni me había llevado los apuntes para adelantar, tampoco malla.
La cuestión es q apenas al llegar a la linda islita vemos (porq la ciudad es muy chica) que se viene una ola gigante desde la costa. ahí nomás corremos, con bastante calma igual y nos refugiamos en un viejo edificio que parece bastante sólido. Tocamos un timbre y un ojo tipo los de submarino observa, esperamos el permiso, pero la puerta ya está abierta. Unos vejos muy piolas de lo que parece una radio y hotel, nos dejan hospedarnos ahí. Parece q lo de las olas gigantes es bastante común. No hay clima de peli de catástrofe, pese a todo, estamos dispuestas a disfrutas las mini vacaciones. El paisaje por la ventana se ve hermoso, pero las olas llegan a tapar algunos edificios.Al otro día la mañana es preciosa, la aprovechamos para caminar un poco por la playa, paradisíaca. A la tarde, se vienen de nuevo las olas. cierro las ventanas, y miro como se aplastan contra el vidrio el agua celeste, casi transparente y como arrasta edificios autos y demás, por suerte el nuestro tenía buenos cimientos.


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