No me podía acordar pero ya me acordé, lo que le dijo una
mujer a otra, en una de esas largas esperas burocráticas.
Menos mal.
Menos mal.
Dijo que un cumpleaños de 15 es tan caro como hacerse la
dentadura.
Y sintetizó todo los retazos que venía escuchando y decifrando de sus charlas.
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